09 octubre 2006

39 ANIVERSARIO DEL ASESINATO DEL CHE

Mi primer contacto con el pensamiento del Che, a través de su diario, fue un par de años después de su muerte. En mi mente adolescente se grabaron los difíciles momentos que le tocó vivir a esa guerrilla aislada y cercada en la selva boliviana.

Luego me tocaría conocer a alguno de sus sobrevivientes que logramos rescatar de la represión, ayudándolos a pasar la frontera y protegiéndolos de caer en manos de la policia hasta que tuvieran refugio seguro en Cuba.

También supe por esos años que un periodista chileno, Elmo Catalán, se había sumado a esa lucha, dejando en ello su vida. Luego conocería a uno de sus hermanos, Homero, y a su anciana madre. Homero es hasta hoy un desaparecido, luego de ser capturado por los organismos represivos argentinos cuando intentaba sumarse a la lucha antidictatorial contra Pinochet.

Coordinando la solidaridad con estos luchadores por la libertad, conocí a José María Inchaústegui, Embajador de Cuba en Chile, durante el gobierno de Salvador Allende, a quien vería luego en un encuentro esporádico en Cuba cuando caminaba por la calle junto a su esposa. Tuvimos ocasión de compartir con él en reuniones de la Federación de Estudiantes de la Universidad del Norte de Arica, que lo había invitado a dar una clase magistral sobre la Educación y la Universidad en Cuba. Fue el primer hombre que vi llorar recordando al Che, con quien había trabajado en el Banco Nacional de Cuba, transmitiendo el profundo dolor que significó su pérdida.

Una nueva trágica circunstancia, hizo que yo tuviera que escribir la carta de condolencias al Partido Comunista de Cuba, cuando Inchaústegui, regresando de su misión diplomática en Japón y Malasia, pereciera junto a su esposa, víctima de un intento de captura del avión en que viajaba, por las Brigadas Rojas italianas.

He querido recordar a todos estos luchadores que en distintos momentos han ofrendado sus vidas por la revolución. También a Camilo Cienfuegos que comparte esta foto junto al Che en la casa de campesinos de la zona oriental de Cuba, con quienes tuve ocasión de compartir también muchas anécdotas de su protagonismo en las filas del Ejército Rebelde que llevó a la victoria a la guerrilla campesina de Cuba, para constituirla en el Primer Territorio Libre de América. Para todos ellos, héroes y mártires, vayan mi más sentido homenaje. ¡Hasta la Victoria Siempre!.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Hugo:
Llego a vos a través del blog de Angel.
Simplemente quiero decirte GRACIAS por este homenaje a ese hombre enorme que fue el Che, como también para todos los que luchan para imponer la dignidad como forma de vida, en este mundo tan incomprensible y tan injusto.
Al igual que vos, tengo a Cuba en mi corazón.
Hasta la victoria, SIEMPRE!!!!
Te seguiré leyendo.
Silvia

Angel dijo...

Hasta la victoria Siempre!!!

Hey Hugo le diste al clavo con Silvia, ella adora al Ché.

Saludos.