15 noviembre 2007

INCONSECUENCIA DEL CANCILLER CHILENO

En el programa de la "Entrevista del Domingo" de Televisión Nacional de Chile (TVN), pudimos ver y escuchar una vergonzosa intervención de Foxley apoyando incondicionalmente a los representantes de España, en la reciente Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, incluyendo al ex-presidente español José María Aznar, y criticando con toda parcialidad al Presidente venezolano Hugo Chávez.

Puede ser que no nos guste el estilo y la forma de expresión de Chávez y su marcada tendencia a intervenir en asuntos que no le competen, con un histrionismo que muchas veces resulta molesto, pero un canciller no se puede dar el lujo de comprometer a Chile en una disputa que tiene España con un país de nuestro continente, siendo nosotros los anfitriones de la Cumbre. Y menos manifestar que nos conviene más la alianza con España que con Venezuela, aunque eso en los hechos sea cierto.

Entrar en un debate que ha tenido connotaciones de bochorno, incluyendo la intervención de un monarca, que a pesar de los esfuerzos que hizo el correcto Presidente Zapatero por razonar y mantener un diálogo respetuoso, no puede ser muestra en absoluto de diplomacia y correcta educación.

El Sr. Foxley no debe olvidar que si de democracia pretende hablar, el Presidente Chávez ha sido ratificado en las urnas por votación popular siete veces, venciendo a sus oponentes con porcentajes que la Concertación nunca ha alcanzado en Chile, y que al márgen de las formas, es verdad que Aznar ha sido un fascista, aliado ideal de Bush para la guerra de Irak y todas las aventuras golpistas o de cualquier tipo que ha propiciado la Casa Blanca, entre otras la del frustrado golpe en Venezuela. No por nada el pueblo español lo repudió en las urnas ante su último intento de resposabilizar a ETA en los atentados terroristas en España, ratificando a Zapatero.

Y hay que refrescar también la memoria, del grado de involucramiento que tuvo la diplomacia y el gobierno de Lagos, que respaldaron desde el primer momento y en forma precipitada, inconsecuente e irresponsable al gobierno de facto de la derecha venezolana. Y aún más, recordar además al Sr. Foxley la participación de la Democracia Cristiana a la que él pertenece, en el apoyo al propio golpe de Estado en Chile contra Salvador Allende. Poco de democrático y de cristiana a tenido en esta lamentable y dramática historia la actuación DC.

La diplomacia exige la máxima ecuanimidad, objetividad y transparencia para enfrentar los conflictos de cualquier naturaleza, pues sólo así se vela responsablemente por los intereses del país y no apoyando incondicionalmente a una nación europea que ha dado muchas muestras de trato discriminatorio y prepotente a los latinomericanos, en particular a los chilenos.

Poco feliz ha sido también la actuación de nuestra presidenta Michelle Bachelet, que no supo mediar con la necesaria autoridad que le daba ser la Presidenta de la Cumbre, en la disputa verbal a tres bandas que sostuvieron los españoles contra el venezolano y los posteriores comentarios y el desaire a Chávez que ofreció ayuda para el Transantiago. Creo que precisamente su gobierno no ha demostrado "que los chilenos sabremos resolver nuestros propios problemas", y denota una actitud infantil y autosuficiente insuficiente.