26 diciembre 2006

AUGUSTO DELINCUENTE JUSTIFICA SUS CRIMENES

No puede sorprender a nadie, que una vez más en una carta post mortem, el despreciable dictador, criminal y ladrón, pretenda justificar lo injustificable y persista sin muestra alguna de arrepentimiento en autodesignarse salvador de una Patria que asoló con sus crímenes más atroces y que además desvalijó de sus arcas fiscales.

Pero aún hay más, pretende compararse con el único padre de la Patria verdadero, al expresar "Mi destierro es un tipo de destierro y soledad que jamás hubiera pensado y menos deseado.", luego de haberse autodesignado "Capitán General" al igual que Bernardo O'Higgins, y además querer convencer que con ello habría sido injustamente castigado y que quienes le llevaron a tal situación le dieron el conocido "pago de Chile", sinónimo de la ingratitud.

Es el caso del criminal que nunca dejó el lugar del crímen, que siempre fue "el ladrón detrás del juez" y cuyo cinismo llega a extremos sin límites al afirmar que "en mi corazón no he dejado lugar para el odio, he recorrido muchos años y entiendo del amor y del dolor" (...) "Amo a la Patria, amo a todos ustedes."

Pero ese falso amor queda definitiva y absolutamente en evidencia cuando expresa "En muchas muertes habidas y en los desaparecimientos de cuerpos es muy posible que no se logre jamás un conocimiento acabado del cómo o porqué ocurrieron." Con esta afirmación, pretende cerrar definitivamente y de la forma más mentirosa, cruel y cobarde, el pacto de silencio de los militares comprometidos con él a la cabeza, en lo que constituye uno de los crímenes más atroces y de lesa humanidad cometidos.

Y a pesar de esa conducta indigna, todos sabemos cómo y porqué ocurrieron y hasta quienes fueron los hechores materiales e intelectuales en la cadena de mando de tales crímenes, sólo resta saber donde están esos cuerpos, sancionar cómo es debido a los que aún pueden y deben pagar, y llevar un último consuelo a las familias que sobrevivieron al horror, porque la sanción moral que se inició con las últimas palabras del Presidente mártir Salvador Allende en La Moneda, se ha incorporado en la conciencia humana universal y la mayoría de los chilenos.

10 diciembre 2006

MUERE EL EX-DICTADOR AUGUSTO PINOCHET

Transcurrida media hora del anuncio oficial de la muerte del más despreciable dictador que haya tenido Chile y el mundo civilizado, es altamente probable que se haya tratado de "una muerte asistida" para evitar su condena ante los tribunales chilenos por sus innumerables crímenes, no sería de extrañar esta situación de manipulación, encubrimiento, falsedad y mentira, métodos altamente reiterado por los "poderes fácticos", dejando una secuela de muerte en sus propias filas, cuando los intereses que representan se han visto amenazados.

Sólo cabe esperar un mínimo arresto de dignidad y decencia en el actual gobierno de la Concertación, encabezado por Michelle Bachelet, no realizando homenaje oficial alguno que signifique un nuevo insulto a las víctimas, sus familiares y la conciencia respetuosa de los Derechos Humanos de una humanidad civilizada que ha seguido con horror cada atropello, cada violación desde el fatídico 11 de septiembre de 1973.

Augusto Pinochet ha Muerto


by Drako on Diciembre 8, 2006 - 20:16.

Reflexiones

El tambor anclado en su pecho, ese que tañía el son de la muerte, ese que era diana militar de aviso de fusilamientos y torturas ha cesado de cantar la canción de la muerte.

Desde el fondo del mar se levantan cientos de seres humanos devorados por la brutalidad Desde el fondo del océano, de los ríos, de los lagos caminan por las avenidas del dolor cientos de hombres con un destino certero, largas filas caminan a paso lento al encuentro de Pinochet.

Desde el fondo del mar emergen los detenidos desaparecidos.

Tiemblan las raíces de árboles jóvenes que han sido la tumba de hombres y mujeres muertos.

Por entre las piedras, la tierra, las raíces se levantan miles de manos elevándose hacia aquellos caminos olvidados.

Uno a uno, caminan a paso lento hacia un domicilio conocido.

Miles de muertos cruzan las calles de Chile, miles de muertos van tiñendo de huesos el desierto, miles de muertos van respirando envueltos en el viento.
Tiemblan los andes, tiemblan los bosques y las selvas.

Los perros lloran, los pájaros callan expectantes.

Y es que este Horroroso Hematoma de la Historia tendrá su propio horrible infierno.

Y es que las nubes rojas entintadas de riñón reventado vuelan hacia una sola dirección.

En esta hora en que las lágrimas van orillando las poblaciones pobres, en este minuto inmenso en su esencia de muertes innecesarias, todo un
pueblo llora viendo tu partida.

Y es que tu muerte no representa sino otro tipo de muerte, porque hasta tu muerte nos taladra las entrañas.

¿Cuánto de nosotros mismos te llevas a la tumba? ¿Cuánto de aquello que fue nuestro llevas envuelto entre tus colmillos?
¿Cuánta piel de torturado te llevas bajo las uñas?
¿Cuántas veces tendrías que morir, cuántas veces tendríamos que matarte para que nos alivies la carga de dolor atada y tatuada a nuestras espaldas?

Un mitin de fantasmas, un escarzo de aparecidos en esta hora recorre todas las calles de Chile
Tu muerte será fiesta nacional, pero no habrá música que nos haga cantar a coro con nuestros seres queridos.

El puñal de tus dedos fue lacerando seres indefensos, desarmados, ingenuos de bestias gubernamentales.

En esta hora en que aquellos que tu bota militar hundió en el páramo de la incertidumbre, en el pantano de la duda y los miedos.

Algo de mi también se va contigo, algo de todos nosotros se va contigo.
Y es que ni siquiera fuimos capaces de encerrarte y no en la cárcel, sino que en un manicomio donde hubieses sido el favorito de cientos de
doctores.

Y es que aún, esta aldea llamada Chile descansa sobre las fundaciones de huesos de desaparecidos.
Y es que aún esa columna vertebral doblada, arqueada y azotada llamada Chile, vive bajo tus enseñanzas, hombres, discípulos, alumnos y
seguidores.

Y es que tu muerte es y será ejemplo para el verdugo encapsulado que se anida en los alrededores.

Después de tanto daño, de tanta muerte, de tanto saqueo, de tanto salvajismo, de tantas torturas, de tantas torturas, de tantas violaciones…

Morirá ungido por la Iglesia, esmerado por un Hospital Militar subvencionado con el hambre de todo un pueblo, acompañado de la otra parte de la jauría y tiernamente recordado por los medios de
comunicación.

¿A cuántos de aquellos que hiciste rico, te dirán adiós enternecidos desde sus casas para no levantar sospechas?

¿A cuántos seres humanos asesinaste?
¿Cuántos seres humanos se suicidaron sin esperanzas de nada bajo tu reinado?
¿Cuántas tazas de té a modo de almuerzo tuvimos que bebernos?
¿Cuántos kilómetros caminamos sin ni siquiera dinero para el micro?
¿Cuántas peleas, cuántas riñas, separaciones, divorcios, asesinatos y robos?
¿Cuántos inviernos con los mismos zapatos, con la misma chaqueta?

¿Cuántas humillaciones pasamos? ¿Cuántas frustraciones?
¿Cuántos fracasados, cuántos humillados caminan muertos de cuerpo por las calles de Chile?

Van las lágrimas arando el surco fraguado de años sobre el rostro de millones aquí en Chile.

Y es que las lágrimas son más fuertes que la trinchera petrificada del aguante.

Y es que tu cabeza tenía que haber colgado una semana por lo menos en la plaza de armas de Santiago.

Y allí los niños harían rondas, allí las mujeres te escupirían la frente.

Y allí los hombres se sentarían a llorar.
Allí donde ni siquiera las moscas te hubiesen querido, donde el árbol que sostendría tu testa se secaría de oprobio y de rabia.

Allí donde las palomas te hubiesen arrancado los ojos.

Pero ya es tarde, te irás cómodamente acostado en un cortejo de sables, billeteras, sangre, billeteras y celulares.

A pesar que el martillo de juez azotó su cabeza incontables veces con la palabra, culpable.
A pesar de sus muertes, a pesar de sus robos, a pesar de sus desfalcos.

Vergüenza Mundial. Pinochet ha Muerto Libre e inmaculado
Vergüenza Internacional.

Un murmullo recorre los labios australes de este Chile pisoteado…
Esta vez, si otra vez pasa lo que tu nos hiciste pasar no habrá primera sin segunda, ni sin tercera.
Hazle saber a tus discípulos que está vez no habrá día en que la sangre no los llame a sus puertas.

Mientras tanto, sabemos que algunos no ven a Chile más que como a un simple colgador de armario fracasado y que sobre esa percha han colgado
una chaqueta civil por sobre el otro abrigo militar ensangrentado.

Algo de nosotros también se va contigo.
Y es que en esta hora amarga en que el silencio de tu partida va trizando los semblantes.

Una astilla de tus huesos de cuchillo va punzando el lado de izquierdo de los corazones.

Que insignificantes se vuelven las palabras en este momento de amargura.

Que insignificantes se vuelven las palabras ante tanta muerte.

Andrés Bianque
Diciembre Cuando diciembre se mezcla de Frustración y Dolor.

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