11 marzo 2007

UN AÑO DE GOBIERNO DE MICHELLE BACHELET


Si uno hace un análisis partiendo de las grandes deficiencias y dificultades que ha tenido cualquier gobierno en el transcurso de un año, y en particular sin considerar las diferencias que tiene este primer gobierno de Chile dirigido por una mujer, sin duda el balance será negativo o al menos poco optimista.

Pero si evaluamos, como lo ha hecho la opinión pública a través de la encuestas, que no son instrumentos perfectos, pero son los unicos que tenemos para hacer una medición mas allá de la subjetividad, veremos que más han perdido los representantes de la "clase política" que la actual presidenta.


Conociendo la historia y la trayectoria de Michelle Bachelet, no podemos tener duda alguna que ha entregado lo mejor de si para llevar adelante los destinos del país, sin embargo tampoco nos quedan dudas que las fuerzas retardatarias de la oposición y dentro de la propia Concertación, han sido un freno para un avance más exitoso, y con una fuerte carga de machismo herido que juega al fracaso de una mujer que se ha atrevido a dirigir, y muchas veces consultando poco o sacando a indiscutibles políticos del gobierno ante su incapacidad o ineficiencia.


Los que razgan vestiduras contra la corrupción hoy, no dijeron ni pío contra las escándalosas apropiaciones del erario público que llevaron a cabo los generales y su capitán general, familia incluida, porque además muchos de ellos formaron parte de esa dictadura que unió la violación de los derechos humanos a la corrupción más repugnante, de la que tomaron bienes y ventajas.


Pero como nunca en ningún gobierno de la Concertación, se han atrevido a evaluar este primer año de gobierno, como un año perdido, sin mirar su propia incapacidad para capitalizar la baja de popularidad de la concertación gobernante, pues ellos mismos han perdido credibilidad como políticos de oposición.


Las dificultades del nuevo plan de transporte, en el que sin duda se han cometido errores y existen serias deficiencias muy sensibles para la población, porque se apostó a una solución de trasbordos y no de viajes largos integrados con el metro, respetando rutas ya probadas de rentabilidad segura, con un alto grado de permisibilidad con los privados en los contratos y en las exigencias de cumplimiento, incluso antes de su implementación, pero sobre todo la poca consideración de las necesidades del usuario final y su participación, resultan hoy un urgente desafío de soluciones al más corto plazo posible.


La primera mujer presidenta del país, tiene derecho a tener la oportunidad de equivocarse, como se han equivocado todos los gobiernos precedentes desde el surgimiento de la república, pero también el imperativo de corregir los errores y superar las deficiencias, exigiendo la colaboración de todo el país, de todos y cada uno de nosotros que somos corresponsables del destino de nuestra Patria.

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