10 marzo 2006

NI EL EJERCITO NI LAS FFAA SON DE TODOS LOS CHILENOS


La reconciliación de un país y su ciudadanía con los estamentos militares, luego de haber sufrido por 17 años la represión de su dictadura en sus diferentes grados y modalidades, y su dilación, ambigüedad, falta de consecuencia, complicidad institucional, para asumir sus responsabilidades y dar a conocer toda la verdad, sobre las graves violaciones a los derechos humanos, en el proceso de transición a la democracia, y solidarizar con los culpables y condenados judicialmente, que no sólo han cometido delitos de lesa humanidad, sino pueden ser calificados sin ambigüedades como traidores a la Patria, por sus actos y omisiones, no es aún posible, a pesar de las intenciones explícitas en tal sentido, enunciadas por el Comandante en Jefe saliente, Juan Emilio Cheyre, sus antecesores y su continuador actual.

Resulta vergonzoso e indignante que precisamente en el acto de cambio de mando, haya estado como invitado especial, Augusto Pinochet Iriart, que no representa ni puede representar otra cosa que la continuidad simbólica de fiel heredero del mayor criminal y ladrón que ha conocido el ejército y el país en toda su historia.

No menos indignante resultan las primeras palabras a la prensa, una vez asumido el mando, del nuevo Comandante en Jefe, Oscar Izurieta, que ha dicho: “El General Pinochet fue Comandante en Jefe durante 25 años, el Ejército por su parte ha sido claro y voy a mantener la misma Línea en expresar lo que significó para nuestra institución.” Y respecto a los presos condenados: “En cuanto al sentido de compañerismo con quienes están caídos hoy y que también están sufriendo y que también tienen problemas, es la tradición militar el darles la mano en todo lo que corresponde y en nada de lo que no corresponde.”

Ha sido la “tradición militar” y sigue siendo, solidarizar con los victimarios, ofendiendo a las víctimas y a la conciencia ciudadana chilena y mundial que se repugna por tanto crimen cometido, callado, desmentido, donde los militares dan muestras de su falta de hombría y dignidad, al no asumir lo indesmentible, más allá del fallo jurídico, sino del juicio moral y de la inteligencia humana.

Por eso, aunque los medios y autoridades quieran mostrar un ejército y unas FFAA reconciliadas con la sociedad civil, aún estamos lejos de aquello que no por deseable puede ser mostrado en esta mala caricatura, donde ni la Armada, ni la Fuerza Aérea ni Carabineros han hecho su necesaria autocrítica, y donde la del Ejército está permeada por la inconsecuencia de sus actos.

1 comentario:

HugoRueda dijo...

En estos primeros días de julio de 2016, el día 7, (10 años posteriores al comentario), el procesamiento y detención del Ex Comandante en Jefe, Juan Emilio Cheyre, por su participación en el crimen de 15 personas en la Serena con la "Caravana de la Muerte", viene a ratificar esta visión sobre la criminalidad de las FFAA.