05 enero 2006

PODERES FÁCTICOS EN DEBATE PRESIDENCIAL


Como siempre en la historia política reciente, no podían dejar de estar presentes los poderes fácticos, esencialmente militares, en el debate presidencial de la segunda vuelta. Por cierto y no casualmente en los planteamientos del representante de la derecha de siempre, es decir por boca del candidato que mejor los representa ahora, "Joaquín Piñera" o UDI-RN.

Por supuesto ya quedaron garantizados los privilegios y "derechos" previsionales para los militares y otros acuerdos que circulan ampliamente en Internet y que favorecen al poder militar, a los que Bachelet no hizo mención, pese a haber sido Ministra de Defensa y sobre los cuales dio cátedra el millonario candidato.

No hay que extrañarse entonces por el apoyo público de los militares en retiro, ni tampoco de la propia Evelyn Mattei, la senadora mentirosa, que con su mejor cinismo reparte propaganda de su "amiguito" Piñera. Atrás quedaron las escaramuzas de espionaje que envolvieron al candidato con la senadora y los agentes militares. Total el pueblo tiene mala memoria y los medios de comunicación se prestan bien para sepultar estos antecedentes molestos y agudizar la amnesia.

Por eso no llama la atención que todos los medios se refieran a las preferencias de Piñera por los presidentes Aylwin y Frei Montalba, obviando que el candidato fáctico votó por el candidato de Pinochet y por otra parte destaquen las preferencias de Bachelet por Lagos y hasta su mención de Allende, ignorando la mención de Patricio Aylwin en este punto del debate. Que duda cabe que estas falsedades van dirigidas a captar simpatías DC y de centro, es decir a ser adecuados instrumentos de manipulación fáctica.

La omnipresencia de la conspiración de los poderes que actúan sutilmente en las sombras por su esencia criminal y traidora no han estado ausentes en toda la campaña, refiriéndose a una dudosa "izquierdización" de la Concertación, que ha defendido el modelo neoliberal mejor que sus opositores y con más éxitos, llegando a extender la acusación al continente latinoamericano, donde los triunfos de Evo Morales y Hugo Chávez, les han producido profundo escozor y rabia reproduciendo la campaña del terror a la que han recurrido siempre históricamente.

Las experiencias del drama nacional a partir del golpe de Estado no deben ser olvidadas, pues miles de torturadores, asesinos y traidores, civiles y militares caminan por las calles de Chile y esperan cualquier oportunidad para compartir o hacerse del poder, pues sólo unos pocos de ellos están tras las rejas y no por mucho tiempo.

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