Cuando no acabamos de conmovernos por este nuevo acto terrorista que ha segado cerca de 70 vidas en varios hoteles de la capital jordana, queda nuevamente en evidencia que la mano negra desde las sombras del genocidio, siguen siendo los operadores del conflicto árabe-israelí, los que por décadas han desconocido los acuerdos y resoluciones de Naciones Unidas para llegar a la paz anhelada por estos pueblos y por toda la humanidad.
A la reivindicación de las tierras anexadas por el Estado Sionista, los palestinos reivindican su derecho a vivir en sus tierras, con más de 4 millones de refugiados en el mundo, donde casi dos millones de ellos viven en Jordania, y todos anhelan se haga justicia devolviéndoles sus derechos humanos y ciudadanos.
La farsa de la retirada de tropas y colonos israelitas, mientras se siguen anexando tierras, construyendo muros, y cometiendo crímenes de ocupación, queda una vez más a la vista de los ojos de la comunidad internacional, y curiosamente hay información de que ciudadanos judíos abandonaron los hoteles jordanos al menos una hora antes de los atentados, al igual que aconteció en la torres gemelas.
Por eso, las hipócritas condolencias del terrorista número uno del planeta, el cada vez más impopular George Bush, suenan a retórica mentirosa, toda vez que protege sin vacilaciones al criminal Posada Carriles, persiste en la guerra de exterminio iraquí y ya ni se acuerda de su socio de negocios petroleros Bin Laden, teniendo como instrumento operativo de sus acciones soterradas a Al Qaeda.
¡Derribemos el muro del apartheid israelí!
¡Evitemos la batustanización de Palestina!
¿Puede el holocausto judío justificar el holocausto palestino?
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