Leyendo con detención y asombro, los deshielos producidos en la Antártica, han dado orígen a nuevas formas de vida en un período de tiempo sorprendentemente corto, y mientras extensas zonas de bosques del sur de Chile sufren una paulatina e inoxerable destrucción producto de la radiación solar, los cisnes y otras aves ven destruidas sus fuentes de alimentación a ras de agua, los salmones de criadero deben ser protegidos por malla rachel negra para evitar laceraciones solares, surgen en las profundides del mar, donde bloques de hielo mantuvieron por 1000 años ocultas o enquistadas millares de formas de vida ajenas al conocimiento humano.
Este fenómeno nos hace pensar que no sería extraño que resurgieran especies vegetales y animales extintas en la historia, donde las glaciaciones congelaron por milenios semillas, ovulos fertilizados, y hasta seres vivos que quedaron suspendidos en el tiempo como en un sueño eterno que empieza a despertar en pleno proceso de destrucción de la naturaleza, impulsado por una humanidad irresponsable que ha dejado indolente se destruya su hogar, al punto de empezar a morir producto de la contaminación, las guerras, la desertificación, las sequías o inundaciones, las hambrunas y las enfermedades, que ninguna tecnología podrá detener a pesar de las políticas de optimismo y autoengaño que los gobiernos y la clase política mundial difunden para evitar ser tragados por la debacle de credibilidad.
Solo queda apostar que será primero, si una guerra atómica de exterminio total, un "accidente" nuclear en aplicaciones pacíficas, o la falta de alimentos, agua, medicinas, oxígeno respirable, temperaturas frías o cálidas soportables por el organismo humano.
La irracionalidad humana ha llevado que las Naciones Unidas, supuesto gobierno global, haya mostrado su incompetencia global, y en un período de la historia con el mayor número de científicos vivos de todas las ramas del saber, emita informes no sólo contradictorios sino antagónicos sobre los efectos del cambio global por efectos de presiones políticas y lo oscuros intereses económicos transnacionales de siempre.