Estoy impactado por los efectos que la crisis ambiental tiene en nuestro país y que se puede percibir a simple vista, razón por la cual he decidido realizar una amplia campaña de difusión y alerta para tomar medidas paliativas inmediatas y urgentes.
Mi primera experiencia personal frente a la catástrofe ambiental la viví en Cuba, conociendo de primera mano los terribles efectos de la tragedia de Chernobil ocurrida el 20 de abril de 1986. Un matrimonio de amigos alemanes que vivían en Hamburgo, República Federal Alemana en aquel entonces, me contaron que vieron morir a los renacuajos que vivían en el jardín de su casa, producto de la contaminación radiactiva que tuvo lugar en varios países europeos a raíz del incendio en la central nuclear. Pero aún me quedaba por conocer los desgarradores efectos que tuvieron en el ser humano, al ver a miles de niños soviéticos que llegaron a Cuba para recibir tratamiento y cuidados, lo que constituyó uno de los primero reportajes que escribió mi hija, estudiante de periodismo, en el periódico Juventud Rebelde y que abarcó 2 páginas completas sobre el Campamento Internacional de Tarará, sede del Centro Médico Villa Salud-Chernobil. Niños quemados, mutilados, sin cabello, ciegos, con deformidades y todo tipo de lesiones físicas y psicológicas.
En 1995 un informe de la ONU establecía que 4 mil personas podrían morir a causa de la radiación a la que se vieron expuestas. Parecería que ningún otro tipo de radiación podría ser tan letal como la radiación nuclear.
En 1993, comprando en la feria dominical de mi ciudad de Arica, me expuse por menos de 2 horas al sol con camisa de manga corta y fui afectado por quemaduras equivalentes a la exposición de un día de playa, llegando incluso a despellejarme. Desde ese día sólo uso camisas de manga larga fuera de casa, haya sol o esté nublado.
Dos años más tarde, estando de vacaciones en Valdivia en casa de mi cuñado, Doctor en Ciencias Botánicas de la Universidad Austral, Carlos Ramírez García, tuve la oportunidad de leer tres de sus artículos referidos a la "Reducción de la Biodiversidad terrestre", "El Efecto Invernadero" y "El deterioro de la Capa de Ozono"
Recomiendo altamente su lectura y estudio. Su clara y contundente argumentación científica me convenció de la necesidad de considerar estos grandes problemas globales y desarrollar una conciencia ecológica correcta. Estos artículos fueron enviados al diario El Mercurio en 1993 para su publicación, sin resultados. Otros tantos detractores de las teorías expuestas han existido en demasía argumentando que es una concepción alarmista, negándose a ver la realidad tal cual es.
Los efectos de la destrucción de la capa de ozono en Chile, son conocidos particularmente en el daño que producen los rayos solares en ojos y piel, produciendo cáncer y daño a la retina, cuestión que ha cobrado caracteres particulamente peligrosos en Magallanes y otras regiones del país. El cáncer a la piel ha crecido en un cien por ciento y hasta docientos por ciento en las zonas más críticas.
Pero este verano del 2006, la informaciones son aún más alarmantes y serias. Lo que se inició con la muerte del luchecillo, base de alimentación de los cisnes de Valdivia, ha quemado literalmente cerca de 70 mil hectáreas de bosques, afectado alrededor de 70 especies, entre la V y la X región del pais.
Tampoco se ha salvado de este efecto devastador los salmones que al recibir los rayos muestran quemaduras equivalentes a mordidas de tiburón, lo que ha obligado a poner malla rachel en sus criaderos, la única capaz de filtrar los rayos ultravioleta (UV).
Por eso, se trata de prevenir y tomar urgentes medidas de protección para evitar los daños resultantes de esta crítica situación. Si tiene piscina, o áreas de esparcimiento expuesta al sol, cúbralas con malla rachel. Agregue esta medida a todas las que se indican por los medios de comunicación, tanto en verano como todo el año, esté nublado o no.
Aunque esta información se maneja con cautela, ya se ha dicho que a los 18 años un chileno ha acumulado en su organismo toda la radiación solar que el cuerpo humano es capaz de asimilar, a partir de este punto los efectos serán destructivos para las personas y su salud.
2 comentarios:
excelente nota
soy de Arequipa-Peru y acá la cosa esta igual o peor, las autoridades y medios son laxos a estos temas ojalá eso cambie ya. Una pregunta: Uso malla rachell de 50% de sombra en mi jardín. ¿es suficiente para protegerme? aunque hace un mes uso sombrero y manga larga incluso con esa malla puesta, pero todo el tiempo antes no. tengo 33 años
Estimado Gustavo. No soy un experto en los efectos de la radiación solar, pero si has estado expuesto varios años antes de tomar esas medidas de precaución, yo te recomendaría consultar un médico oncólogo, especialista en cáncer de piel, para descartar cualquier afectación en tu organismo. Yo creo que poner malla rachell, en toda área posible de exposición es adecuado. Saludos, y gracias por tu comentario
Publicar un comentario