tag:blogger.com,1999:blog-18529999.post113088329799363903..comments2023-08-10T10:58:00.247-04:00Comments on Opinión de Hugo Rueda: FERNANDO ALEGRÍA, ESCRITOR CHILENO QUE EN PAZ DESCANSESUnknownnoreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-18529999.post-1137244123331817722006-01-14T10:08:00.000-03:002006-01-14T10:08:00.000-03:00Prólogo de Fernando Alegría:ALEJANDRO STUART Y LOS...Prólogo de Fernando Alegría:<BR/><BR/>ALEJANDRO STUART Y LOS MURALES<BR/>DEL NUEVO CHILE<BR/><BR/>La revolución chilena va dejando sus manifiestos en la calle: en la sangre de oscuros hombres y mujeres abatidos por balas arteras en la Plaza Bulnes, en oficinas salitreras de la pampa, minas de carbón de Lota y cerros de cobre de Rancagua y Chuqui. Los dejó también en huelgas porteñas y en los épicos combates de Ranquil y Lonquimay. Dondequiera que el pueblo levantó su puño cerrado para golpear al imperialismo y defender la patria.<BR/><BR/>En septiembre de 1970, como una primavera que removió los árboles, el cielo y los colores de la tierra criolla, se fue levantando la imagen de un Nuevo Chile, y su programa revolucionario, su historia adelantada de una gesta que asombraría al mundo, comenzó a aparecer en los muros de la capital y de la provincia. Surgidos de la noche, de la pintura y los pinceles del pueblo, vibran con su mensaje duro y esperanzado los murales de la Unidad Popular. <BR/><BR/>En ellos se hizo letra la maestría de los nobles artistas del pasado: en esos adobes de las calles proletarias tembló otra vez la luz de Pablo Burchard, los caminos y las flores de Juan Francisco González, las suaves estructuras de Rafael Valdés, pero ahora con las tintas toscas y directas de los jóvenes de la Brigada Ramona Parra. Todo ese sabio amor por los rincones, los valles, los mares de Chile, adquirió súbito sentido social, se organizó en letreros, en rostros, en herramientas y armas de una repentina decisión de libertad.<BR/><BR/>Los pintores del pueblo estamparon en los muros de Chile el significado de nuestra segunda Guerra de Emancipación. El cobre será nuestro, dicen, y nuestros los campos. Recabarren no luchó en vano. La infancia descubre su secreta alegría, la mujer levanta su corpulencia como un sol sobre el trigo del sur y el polvo mágico de los desiertos.<BR/><BR/>Se llevaron a Chile en barras de oro y cobre, y a su geografía en pedazos, a su gente en días de hambre y miseria. Los murales gritan “Basta”. Las armas del pueblo van escribiendo paso a paso la historia de un largo sacrificio. Los murales le dan vuelta a la ciudad. De un extremo al otro, de una plaza a otra, de un conventillo a un barrio alto, del cuartel al palacio, de la escuela a la fábrica, de la mina al puerto, de la iglesia a la montaña. <BR/><BR/> Un sólo gran letrero va escribiendo con fuego la libertad del pueblo chileno. Nació un nuevo arte entre nosotros. Sí: los murales de la verdad, la imagen de la justicia y de las ruinas del viejo mundo momio derrotado. El mural que se alarga sobre Chile, sobre su costa y su cordillera, como en otros siglos se estiró dignamente la epopeya de La Araucana.<BR/><BR/>Con ellos, con los pintores del pueblo, va también un fotógrafo largo y dulce como las curvas vinosas del Valle Central, va con su lente tierno, áspero, valiente, sombrío y luminoso a la vez, cronista de la Unidad Popular, fotógrafo del fututo, fijando en relámpagos el camino de la victoria. Alejandro Stuart clava en las paredes del mundo la instantánea en blanco y negro del nacimiento de un pueblo.<BR/><BR/><BR/>(Fechado por Alegría en 1971. El original lo conserva Alejandro Stuart en Santiago de Chile).HugoRuedahttps://www.blogger.com/profile/03283117890928038277noreply@blogger.com